LUGAR
El lugar donde se produce nuestra miel cruda es un bosque endémico
ubicado en la precordillera de
Puerto Octay.
En el corazón del sur de Chile, donde los volcanes Puntiagudo y Osorno se alzan como gigantes eternos sobre el horizonte, se encuentra un lugar escondido cerca del pintoresco pueblo de Puerto Octay.
Este rincón, rodeado por bosques nativos y aguas cristalinas del lago Llanquihue, guarda un secreto ancestral: un espacio donde la naturaleza, la energía y el cosmos convergen en perfecta armonía.
EL CABRITO
El Cabrito, un paraje entre montañas, es un santuario donde la vida se manifiesta a través del trabajo incansable de sus habitantes más pequeños y misteriosos: las abejas.
Entre antiguos árboles de Ulmo, Tiaca y Tineo, se desarrolla un ecosistema vibrante. Cada árbol simboliza diferentes formas de energía: El Ulmo, con su néctar denso y nutritivo, representa la energía interna que fluye desde lo profundo, sustentando la vida en su forma más esencial. La Tiaca, encarna la energía cinética, el movimiento constante que se refleja en el aleteo incesante de las obreras. Mientras que el Tineo guarda la energía potencial, esperando el momento justo para liberarse y crear nuevas formas de vida.

Las abejas, bajo la guía de la reina, trabajan en sintonía con las energías del bosque. Al recolectar el néctar de las flores, transforman la esencia misma de los árboles en miel, una dulce sustancia dorada que conecta al ser humano con la naturaleza.
El sutil zumbido de las abejas es una vibración primordial que nos recuerda la cosmogonía sónica postulada por el Hinduismo. Según esta tradición, el universo comenzó con un sonido, una reverberación original identificada con la sílaba sagrada AUM/OM, y en este rincón del mundo, el zumbido constante de las abejas es su eco, una manifestación de esa vibración cósmica.
Este bosque, protegido por la sombra de los volcanes, es un lugar de comunión espiritual. Aquí, el trabajo de las abejas se entrelaza con el poder de la naturaleza, creando un espacio donde el tiempo parece detenerse. El proceso de cosechar miel en El Cabrito es un acto ritual, la persona y la abeja colaboran en una danza, transformando el néctar del bosque en un elixir de vitalidad.

Para los viajeros, este paraíso escondido es accesible a través de la Ruta U-55 desde Puerto Octay, a unos 60 km de Puerto Varas. El camino serpentea por colinas y bosques, ofreciendo vistas impresionantes de los volcanes Osorno y Puntiagudo, cuyas cimas dominan el paisaje. Al llegar, el visitante encontrará un portal hacia la quietud de la naturaleza.
El Cabrito es el fruto de una comunión sagrada entre naturaleza y cosmos, una ofrenda hecha por las abejas, guardianas de un antiguo misterio.
Chile es un país increíble, contiene cadenas de Volcanes a lo largo de su majestuosa cordillera de Los Andes; se trata de las placas tectónicas, los volcanes suelen tener su origen en los bordes de estas y se pueden formar de dos maneras distintas. La primera de ellas tiene lugar en los bordes convergentes. Por ejemplo, cuando convergen o chocan una placa litosférica oceánica y una placa continental, al ser la primera más densa que la segunda se produce lo que los geólogos conocen como un proceso de subducción, es decir, esta se hunde formando una fosa oceánica. En este proceso, tanto por la enorme fricción como por la pérdida de agua de la corteza que subduce, las rocas se funden y se genera magma, el cual asciende debido a la diferencia de temperatura y densidad dando lugar a erupciones volcánicas, y con ellas a nuevos volcanes. Este es el caso de la cordillera de los Andes y sus numerosos volcanes, la cual se formó debido a la colisión de la placa de Nazca.
El endemismo es un término utilizado en biología para indicar que la distribución de un taxón se limita a un área geográfica pequeña y que, por lo tanto, solo es posible encontrarlo naturalmente en ese lugar. Las especiales características geográficas de Chile, con variadas e infranqueables fronteras naturales (desierto, cordillera y mar) hacen que el país sea considerado como una isla biogeográfica. Esta condición da las claves para su alto grado de endemismo, pues entre el 22 y 25% de las especies descritas para Chile, son endémicas, es decir, solo viven dentro de los límites del territorio nacional. Así, las variadas condiciones de clima y ecosistemas que se distribuyen de Norte a Sur en esta larga y angosta faja que se emplaza entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes, han favorecido la presencia de una biodiversidad única.