La miel contiene antioxidantes, vitaminas B1, B2, C, B5 y B3 y diferentes minerales como magnesio, potasio y calcio. Tiene un efecto balsámico, antiséptico y antiinflamatorio. Remedio infalible para los dolores de garganta, laringitis y todo tipo de resfriados.
La miel contiene Colina, crucial para el funcionamiento cardiovascular y cerebral, así como en la reparación de la membrana celular. También es posible encontrar acetilcolina que actúa como neurotransmisor.
Su actividad antibacteriana actúa sobre bacterias, hongos, levaduras y algunos parásitos. Además de efectos pre y probióticos. Gracias a sus efectos antitusígeno, es beneficioso frente a cuadros respiratorios.
Todas estas propiedades se relacionan con la presencia y concentración de compuestos bioactivos, como polifenoles, destacando los ácidos fenólicos y flavonoides que provienen directamente de la fuente floral desde donde las abejas obtienen el néctar.